Travesura en el condado de Luzerne

Menudo jaleo.

Empresas privadas entran a operar dos centros de detención de menores en los condados de Luzerne y Butler. Luego, dos jueces del Tribunal de Causas Comunes del condado de Luzerne supuestamente aceptan sobornos de los centros de detención de menores para enviar a los menores a estancias prolongadas y rentables, independientemente de los hechos de los casos legales contra los niños.

Es como el guión de una mala película para televisión.

Pero lo peor es que eso es exactamente lo que, según los fiscales federales, ocurrió en realidad. Desde entonces, el Tribunal Federal del Distrito Medio de Pensilvania ha ordenado que se nombre a un experto especial para que llegue al fondo del sórdido embrollo y haga recomendaciones para resolver las injusticias que se han producido.

Los dos jueces, Mark A. Ciavarella Jr. y Michael T. Conahan, se declararon culpables en febrero de cargos de corrupción y fraude fiscal, según un artículo publicado en The Philadelphia Inquirer. Los dos van a pasar los próximos siete años en la cárcel, pero ahora las ruedas legales están rodando para averiguar la situación de los niños que se vieron envueltos en el esquema de los jueces.

Esto es tan escandaloso, tan incomprensible, que deja perpleja a la mente.

Los menores implicados fueron acogidos en un sistema que se inclinó en su contra desde el principio, independientemente de cuáles fueran los "hechos" en cada uno de sus casos.

Debe haber una mayor contabilidad, una mayor responsabilidad para los jueces en nuestro sistema judicial.

Y ahora, ¿qué hace falta?

Estos niños, y sus familias, que han sido detenidos ilegalmente por estos jueces corruptos y malvados, deben ser indemnizados por sus graves pérdidas. Perdieron su libertad. Se los llevaron y los encerraron bajo penas falsas. Sus derechos fueron violados por los mismos jueces que debían protegerlos.

Los daños monetarios resultantes de demandas exitosas no pueden devolverles ese tiempo perdido en detención juvenil, pero es la única manera en que estos niños y sus familias pueden ser compensados por parte del dolor y el sufrimiento que han soportado. Esto no debe volver a ocurrir, y debe hacerse justicia a todos los niños que han sido injusta e ilegalmente víctimas de estos antiguos jueces. Alguien debe rendir cuentas. Es nuestra responsabilidad para con estos niños.