Los comportamientos perturbadores de los profesionales médicos perjudican a los pacientes
24 de abril de 2024
Por Dean I Weitzman, Esq.
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Como pacientes, confiamos en que los profesionales de la medicina actúen como, bueno, profesionales. Con vidas literalmente en juego, suponemos que los médicos se tomarán en serio sus obligaciones y cumplirán las normas más estrictas de responsabilidad profesional.
Por desgracia, como indica un nuevo informe de la Autoridad para la Seguridad del Paciente de Pensilvania (PPSA), esta confianza a veces está fuera de lugar. En demasiados casos, los médicos ponen en peligro la salud y la seguridad de los pacientes con un comportamiento poco profesional. Según el informe, la PPSA detectó 177 incidentes de "comportamiento perturbador" en el estado durante un periodo de 31 meses.
Por ejemplo, el informe describe un episodio en el que un cirujano principal salió furioso de un quirófano en medio de una operación, dejando a un ayudante para completarla.
En otra situación, el médico se negó a seguir el procedimiento estándar de anestesia. Aunque otros le advirtieron de que la anestesia tópica necesitaba 30 minutos para hacer efecto, el médico insistió en realizar el procedimiento antes de tiempo.
En estos y otros incidentes, los pacientes se vieron expuestos a riesgos o a molestias innecesarias simplemente porque sus cuidadores médicos no se comportaron con profesionalidad. Más del 60% de estos incidentes se produjeron en quirófanos, unidades médico-quirúrgicas y unidades de cuidados intensivos, posiblemente los lugares donde los pacientes necesitan una atención más esmerada.
¿Cuáles son las causas de estas situaciones? Según la PPSA, muchos de estos episodios se deben a conflictos entre médicos y enfermeras, y a una cultura médica que tiene más en cuenta las opiniones de los médicos y los deseos de los altos cargos que los de los demás. En pocas palabras, los médicos pueden salirse con la suya en sus comportamientos y los demás miembros del personal tienen demasiado miedo para expresar sus preocupaciones o son ignorados cuando lo hacen.
Esto es inaceptable. Como señala la PPSA, una forma de reducir estos sucesos perturbadores es cambiar la cultura. Los empleados de todos los niveles deben tener libertad para expresar sus preocupaciones, y las preocupaciones legítimas deben ser reconocidas.
Además, los hospitales simplemente no deben tolerar este tipo de comportamiento perturbador. Una política de tolerancia cero contribuiría en gran medida a prevenir estos incidentes; pocos se comportarían con un desprecio tan flagrante por la seguridad del paciente si un solo arrebato fuera motivo de despido.