Por qué necesita un testamento vital: Para proteger sus deseos y la cordura de su familia
28 de junio de 2018
Por Dean I Weitzman, Esq.
COMPARTIR:
Cuando Daniel Sanger, de 55 años y residente en Maryland, sufrió un infarto el pasado mes de julio, éste le causó daños cerebrales que alteraron su vida y dio comienzo a una triste batalla legal que rápidamente enfrentó a su esposa con su madre y su hermano.
Tras el infarto, no pudo tragar alimentos sólidos con normalidad, lo que le impidió alimentarse adecuadamente, según una noticia de The Associated Press. Le pusieron una sonda de alimentación, pero se la retiraron a petición de su mujer, según el reportaje. El infarto también le afectó al habla y a la movilidad, y desarrolló una infección por una úlcera de decúbito.
Su esposa sostuvo que su marido le había dicho previamente "muchas veces antes de su ataque al corazón que él no querría que le mantuvieran con vida por medios invasivos" si alguna vez se enfrentaba a una situación médica grave, según la historia. "'Dijo: 'Definitivamente no quiero vivir así'. No quiere vivir con los tubos".
La madre de Sanger, sin embargo, argumentó lo contrario, diciendo que él les había explicado previamente sus deseos a ella y a su médico, diciéndoles que sí quería vivir. Su madre y su hermano lucharon por obtener una orden judicial temporal para que se reinsertara la sonda de alimentación de Sanger, y luego siguieron luchando por lo que decían que eran sus deseos.
El caso acabó a finales del mes pasado en un tribunal de circuito del condado de Frederick, Maryland, donde un juez iba a escuchar los argumentos de ambas partes antes de decidir si Sanger debía o no seguir recibiendo alimentación a través de la sonda para mantenerlo con vida.
Nunca sabremos cómo habría procedido. El emocionante escenario terminó trágicamente la semana pasada, cuando Sanger murió horas antes de que se celebrara la vista, según un artículo publicado en El Frederick News-Post.
Sin embargo, en el gran esquema de las cosas, esta trágica batalla familiar no tenía por qué haber ocurrido. Si Sanger hubiera tenido un "testamento vital" -un documento que recogiera sus propios deseos para su cuidado en caso de que perdiera la capacidad de valerse por sí mismo-, la familia y los médicos habrían sabido exactamente qué hacer para atenderle, sin ambigüedades.
Eso es lo que todos deberíamos aprender de este caso para que pueda salir algo bueno de él.
"Este es un ejemplo típico de lo que puede ocurrir cuando alguien no tiene un testamento vital", dice Saul Langsam, abogado de MyPhillyLawyer. "Para evitar esta situación, deberías acudir a un abogado para que redacte uno que proteja a tu familia".
En Pensilvania, el testamento vital -también llamado Directiva Sanitaria- establece específicamente los deseos de tratamiento de una persona en caso de que sea incapaz de verbalizar sus deseos.
Un abogado puede preparar el documento, en el que se enumeran las acciones o no acciones específicas que deben tomarse en nombre de la persona en caso de una amplia variedad de escenarios médicos, dice Langsam.
"Requiere que el firmante lea abiertamente cada pregunta y marque si la persona desea que algún médico tratante le proporcione determinados procedimientos y tratamientos médicos en caso de sufrir un incidente debilitante", explica. "Marcan las casillas que consideren que reflejan sus sentimientos y deseos", por ejemplo si quieren o no que se tomen medidas médicas si sufren un infarto, parálisis, convulsiones u otras afecciones médicas catastróficas.
Otra parte clave de la directiva sanitaria es que el firmante debe designar a un "asesor sanitario" que se convierta en portavoz del firmante si éste queda incapacitado y no puede hablar por sí mismo, dice Langsam. "Puede ser un familiar, un amigo, un vecino o cualquiera. Es una decisión puramente personal".
Uno de los casos más famosos de lucha familiar por un paciente y una sonda de alimentación fue el de Terri Schiavo, una mujer de Florida de 41 años que sufrió daños cerebrales tras sufrir un infarto en 1990 que privó a su cuerpo de oxígeno. Su marido luchó por retirarle la sonda de alimentación porque se encontraba en estado vegetativo, pero sus padres argumentaron que debía seguir con la sonda porque aún estaba consciente. Finalmente, tras varias apelaciones y batallas legales, Schiavo fue desconectada de la sonda y murió en 2005.
El tema común en estas disputas familiares es la ausencia de un documento escrito por parte del paciente en el que exprese sus deseos en estos casos, afirma Langsam.
Para evitar este tipo de disputas en medio de momentos tan difíciles, un testamento vital permite a todos los implicados saber qué ocurrirá en caso de enfermedad grave o accidente.
"Se trata de emparejar a personas con intereses diametralmente opuestos", dice. "Suele ser el cónyuge quien defiende los intereses del paciente y lucha contra otros miembros de la familia que no son realistas y siguen una línea de actuación que no siempre beneficia al paciente. Eso se ve todo el tiempo".
Al mismo tiempo, las personas también deben acordarse de preparar testamentos tradicionales para distribuir sus bienes y pertenencias en caso de fallecimiento, dice Langsam. "Los testamentos vitales van de la mano de los testamentos tradicionales, que animamos a todo el mundo a tener".
Cuando esté preparado para protegerse a sí mismo y a su familia, acuda a un abogado cualificado y compasivo que pueda redactar los documentos legales que harán que estas situaciones sean menos estresantes para todos.
Aquí en MyPhillyLawyer sería un honor ayudarle con estos documentos, así como con fideicomisos, sucesiones y otros trámites legales relacionados con la familia. Estamos a su disposición siempre que nos necesite.
Cuando ganar es lo más importante, llame MyPhillyLawyer.