Veredicto de $2M a un hombre herido cuando su camioneta fue embestida por detrás por un camión

Un hombre de 44 años de Pensilvania ha recibido de un jurado un veredicto de $2 millones tras resultar gravemente herido en noviembre de 2013 cuando su camioneta fue embestida por detrás por un camión conducido por un conductor ebrio en la carretera interestatal 81, en el municipio de Guildford, en el condado de Franklin.

El demandante, Francisco Ramos-Becerra, estaba estacionado en el arcén de la I-81, repostando combustible en su camioneta Ford en torno a las 17:00 horas del 19 de noviembre de 2013, cuando su vehículo fue embestido por detrás por un camión tractor a unos 80 km/h, según un artículo publicado el 8 de junio por The Legal Intelligencer. El tractor, que circulaba sin remolque, se salió de la carretera y chocó contra la camioneta de la víctima.

El conductor del camión, Ricky Hatfield, era un contratista independiente de JB Hunt Transportation y se encontraba entre entregas cuando se produjo el accidente, informó la historia. Hatfield, que dirigía su propia empresa, Hatfield Trucking, fue citado posteriormente por conducir un vehículo de motor bajo los efectos del alcohol y fue condenado a prisión.

En la demanda presentada por Ramos-Becerra se alegaba que JB Hunt fue negligente al contratar a Hatfield como conductor y que no había realizado una comprobación adecuada de sus antecedentes. Si la empresa hubiera comprobado bien sus antecedentes, se habría enterado de una anterior conducción bajo los efectos del alcohol por parte de Hatfield en 2009 mientras conducía un tractor-remolque, alegaron los demandantes.

Crédito de la foto: iStockphoto.com/courtneyk

La víctima sufrió una amplia gama de lesiones en el accidente, incluidas fracturas del hueso nasal, el cráneo, la tibia derecha, 12 fracturas costales y una rotura del ligamento cruzado anterior izquierdo. Las fracturas de tibia y costillas requirieron cirugía de reducción abierta y fijación interna. Tras unas tres semanas en el hospital, fue trasladado para recibir terapia de rehabilitación en régimen de hospitalización durante varias semanas. Continuó con fisioterapia domiciliaria y ambulatoria y se sometió a terapia de salud mental con un psiquiatra. También se le diagnosticó síndrome de dolor crónico tras desarrollar un dolor extremo en las piernas, según la historia. Ramos-Becerra, que ahora utiliza un bastón para caminar, afirmó que está permanentemente discapacitado debido a las lesiones que sufrió en el accidente.

Su demanda pretendía recuperar $282.000 en concepto de gastos médicos, $115.500 en concepto de salarios anteriores y $918.000 en concepto de lucro cesante futuro.

Tras el juicio, un jurado falló a favor de Ramos-Becerra, concediéndole a él y a su esposa $2 millones en concepto de daños y perjuicios, al tiempo que declaraba a Hatfield y a su empresa responsables al 100% del accidente. JB Hunt no tuvo ninguna responsabilidad en el siniestro.

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