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Derechos legales de los estudiantes deportistas lesionados

25 de abril de 2024

Partido de fútbol de instituto

Por Dean I Weitzman, Esq.

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Las lesiones en el fútbol americano de instituto pueden acabar con la vida del jugador

Recientemente, los medios de comunicación han prestado mucha atención a los estudiantes de secundaria que han sufrido lesiones practicando fútbol americano y otros deportes de contacto. Los jugadores de fútbol son especialmente susceptibles de sufrir lesiones cerebrales de leves a graves, como consecuencia de los repetidos golpes que reciben durante los entrenamientos y los partidos.

En todo el país, varios jóvenes deportistas han muerto a causa de estas lesiones. Los jugadores de fútbol americano de secundaria también corren el riesgo de sufrir lesiones graves y permanentes. Se calcula que uno de cada 10 jugadores de fútbol americano de secundaria sufre una conmoción cerebral cada año. Pero en la actualidad, nadie conoce los efectos a largo plazo de las conmociones cerebrales y los traumatismos craneoencefálicos repetidos en los futbolistas de secundaria.

Los golpes repetidos en la cabeza, independientemente de que una persona reciba una conmoción cerebral o caiga inconsciente, pueden provocar daños cerebrales permanentes que se manifiestan más adelante en la vida. Los estudios realizados en ex jugadores de la NFL han demostrado que tienen mayores tasas de desarrollar trastornos neurológicos como Alzheimer, demencia y encefalopatía traumática crónica (ETC). Los cónyuges de ex jugadores profesionales de fútbol han informado de cambios de personalidad, depresión, irritabilidad y agresividad, todos ellos síntomas de lesiones cerebrales.

Recursos legales en caso de lesiones deportivas

En Pensilvania, los estudiantes que se lesionan mientras practican deportes pueden solicitar una indemnización por sus lesiones. Históricamente, éste no era el caso. Los tribunales estatales siguieron en gran medida una doctrina legal conocida como asunción del riesgo. Según esta teoría, una persona que asume voluntariamente el riesgo de participar en una actividad peligrosa no puede exigir responsabilidades a otra si resulta lesionada. La participación en actividades deportivas es un ejemplo clásico de uno de los tipos de actividades peligrosas voluntarias cuya recuperación quedaría excluida.

Hoy en día, la asunción del riesgo ha caído en desgracia en Pensilvania. En su lugar, los tribunales aplican el negligencia comparativa para determinar si un deportista lesionado tiene derecho a alguna indemnización por sus lesiones.

En virtud de la negligencia comparativa, sólo se deniega la indemnización a una persona lesionada si se determina que tiene al menos 51% la culpa de la lesión. La cantidad que un demandante tiene derecho a recuperar disminuye en proporción al porcentaje de culpa del demandante. Por ejemplo, si se determina que la culpa de las lesiones del demandante es de 30% y la culpa del demandado es de 70%, el importe de la indemnización del demandante se reducirá en 30%.

Las normas de negligencia comparativa se consideran más equitativas que las normas de asunción del riesgo porque no prohíben completamente la recuperación del demandante. En su lugar, el tribunal considera el papel de cada parte en la lesión y asigna un nivel de culpa a cada una antes de determinar el importe final de la recuperación.

La prevención de lesiones es clave

Aunque la norma de la negligencia comparativa es ciertamente mejor para las personas lesionadas que la doctrina de la asunción del riesgo, está claro que la mejor opción es evitar las lesiones por completo. Esta responsabilidad recae en gran medida en nuestros sistemas escolares, cuerpos técnicos y padres.

Un estudio reciente publicado en el Journal of Athletic Training ha revelado que los jugadores de secundaria corren un mayor riesgo que los universitarios de sufrir conmociones cerebrales y otras lesiones cerebrales mientras juegan al fútbol. El estudio demostró que los jugadores de secundaria experimentan mayores fuerzas de aceleración en la cabeza cuando chocan con otros jugadores y que estas fuerzas se distribuyen de forma desigual en la parte superior de los cascos de los jugadores.

El estudio concluye que una técnica inadecuada es, al menos en parte, la causa del mayor riesgo de traumatismos craneoencefálicos en los jugadores de secundaria. Los entrenadores deben centrarse en enseñar a sus jugadores la forma correcta de golpear a otros jugadores. Entre otras cosas, deben enseñar a los jugadores a mantener la cabeza alta y enfocar los golpes lejos de la parte superior del casco.

También es importante utilizar el equipo de seguridad adecuado. Los deportistas deben disponer de cascos y otros equipos de protección de primera calidad y utilizarlos en todo momento mientras juegan.

Los entrenadores también pueden considerar la posibilidad de programar menos entrenamientos de contacto total para reducir el número de oportunidades que tiene un jugador de sufrir una lesión en la cabeza.

Por último, es vital que los deportistas que han sufrido una conmoción cerebral o han recibido múltiples golpes en la cabeza se tomen el tiempo suficiente fuera del campo para curarse adecuadamente. Esto no significa simplemente esperar a que desaparezcan los síntomas, sino asegurarse de que el cerebro se ha curado de cualquier lesión. Los golpes repetidos en la cabeza, independientemente de lo fuertes que sean o de si dan lugar a una conmoción cerebral, pueden causar daños cerebrales y provocar la aparición de problemas a largo plazo.

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